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Misa de los Fieles

Parte Quinta: La Comunión 

Desde el Padre Nuestro hasta las Abluciones

Actos de AMOR y DESEO

Que nos Une a Dios

1. El Padre Nuestro

 

El Santo Sacrificio ha sido ofrecido a Dios, quien está complacido y esta presto a darnos el beso del al paz en la Santa Comunión. El sacerdote, como preparación a la Comunión, dice en alta voz el “Pater”.

 

Esta oración dispone admirablemente para unirse a Dios, y para recibir sus gracias, ya que encierra, dice San Agustín, todo lo que podemos y debemos pedirle para su gloria, para nuestro bien y el bien del prójimo. En la Comunión, reforzamos nuestra unión con Jesús  y su Cuerpo Místico.

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LATIN

 

Oremus :

 

Præceptis salutaribus moniti, et divina institutione formati, audemus dicere:

 

 

Pater noster, qui est in cælis: Sanctificetur nomen tuum: Adveniat regnum tuum: Fiat voluntas tua, sicut in cælo, et in terra. Panem nostrum quotidianum da nobis hodie: Et dimitte nobis debita nostra, sicut et nos dimittimus debitoribus nostris. Et ne nos inducas in tentationem. Amen.

R.     Sed libera nos a malo.

 

 

 

 

 

Libera nos, quæsumus, Domine, ab omnibus malis, præteritis, præsentibus et futuris: et intercedente beata et gloriosa semper Virgine Dei Genitrice Maria, cum beatis Apostolis tuis Petro et Paulo, atque Andrea, et omnibus Sanctis, da propitius pacem in diebus nostris: ut, ope misericordiæ tuæ adjuti, et a peccato simus semper liberi, et ab omni perturbatione securi. Per eumdem Dominum nostrum Jesum Christum Filium tuum. Qui tecum vivit et regnat in unitate Spiritu Sancti Deus. Per omnia sæcula sæculorum. Amen.

 

 

 

 

 

 

V.  Pa Domini sit   semper

    vobiscum.

R. Et cum spiritu tuo.

 

Hæc commixtio et consecratio Corporis et Sanguinis Domini nostri Jesu Christi, fiat accipientibus nobis in vitam æternam.

Amen.

 

 

 

 

 

 

 

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, miserere nobis.

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi, dona nobis pacem.

 

Agnus Dei,  qui tollis peccata mundi: dona eis réquiem .

 

Agnus Dei, qui tollis peccata mundi: dona eis réquiem sempiténam. 

 

Domine Jesu Christe, qui dixisti Apostolis tuis: Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis: ne respicias peccata mea, sed fidem Ecclesiæ tuæ: eamque secundum voluntatem tuam pacificare et coadunare digneris: Qui vivis et regnas Deus per omnia sæcula sæculorum. Amen.

 

 

Domine Jesu Christe, Fili Dei vivi, qui ex voluntate Patris, cooperante Spiritu Sancto, per mortem tuam mundum vivificasti: libera me per hoc sacrosanctum Corpus et Sanguinem tuum ab omnibus iniquitatibus meis, et universis malis: et fac me tuis semper inhærere mandatis, et a te numquam separari permittas: Qui cum eodem Deo Patre et Spiritu Sancto vivis et regnas Deus in sæcula sæculorum. Amen.

 

Perceptio Corporis tui, Domine Jesu Christe, quod ego indignus sumere præsumo, non mihi proveniat in judicium et condemnationem: sed pro tua pietate prosit mihi ad tutamentum mentis et corporis, et ad medelam percipiendam: Qui vivis et regnas cum Deo Patre in unitate Spiritus Sancti Deus, per omnia sæcula sæculorum. Amen.

 

Panem cælestem accipiam, et nomen Domini invocabo.

 

 

 

 

Domine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanabitur anima mea.

 

 

 

 

Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam meam in vitam æternam. Amen

 

 

Quid retribuam Domino pro omnibus quæ retribuit mihi? Calicem salutaris accipiam, et nomen Domini invocabo.

 

Laudans invocabo Dominum, et ab inimicis mei salvus ero.

 

 

 

Sanguis Domini nostri Jesu Christi custodiat animam meam in vitam æternam. Amen.

 

 

 

 

 

V.  Misereatur vestri omnipotens Deus, et dimissis peccatis vestris, perducat vos ad vitam æternam.

 

R.  Amen

 

V.   Indulgentiam,   absolutionem, et remissionem peccatorum nostrorum tribuat nobis omnipotens et misericors Dominus.

R.  Amen.

 

 

 

Ecce Agnus Dei, ecce qui tollit peccata mundi.

 

 

 

 

 

Domine, non sum dignus, ut intres sub tectum meum: sed tantum dic verbo, et sanabitur anima mea.

 

 

Corpus Domini nostri Jesu Christi custodiat animam tuam in vitam æternam. Amen.

 

 

 

 

 

 

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CASTELLANO

Oremos.

 

Amonestados con preceptos saludables, e instruidos por la enseñanza divina, nos atrevemos a decir:

 

Padre nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo. El pan nuestro de cada día dánosle hoy; y perdónanos nuestras deudas, así como nos otros perdonamos a nuestros deudores; y no nos dejes caer en la tentación.

 

R. Mas líbranos del mal.

 

 

 

 

 

Líbranos, Señor, te rogamos, de todos los males pasados, presentes y venideros; y por la intercesión de la bienaventurada y gloriosa siempre Virgen María, Madre de Dios, con tus bienaventurados Apóstoles Pedro y Pablo, y Andrés, y todos los Santos, danos propicia paz en nuestros días, para que, ayudados con el auxilio de tu misericordia, seamos siempre libres de pecado y seguros de toda perturbación. Por el mismo Jesucristo, Nuestro Señor, tu Hijo, que contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios. Por todos los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

 

 

 

V. La paz  del Señor esté   siempre con      vosotros.

R. Y con tu espíritu.

 

 

Esta mezcla y consagración del Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor Jesucristo nos sirva al recibirla para la vida eterna. 

Amen.

 

 

 

 

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ¡apiádate de nosotros!

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ¡apiádate de nosotros!

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ¡danos la paz!

 

 

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, dales el descanso

 

 

 

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, dales el descanso eterno.

Señor Jesucristo, que dijiste a tus apóstoles: La paz os dejo, mi paz os doy; no mires mis pecados, sino la fe de tu Iglesia; y dígnate darle paz y mantenerla unida según tu voluntad. Tú, que vives y reinas, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

 

 

Señor Jesucristo, Hijo de Dios vivo, que por voluntad del Padre, cooperando el Espíritu Santo, diste con tu muerte vida al mundo: por este tu sacrosanto Cuerpo y Sangre, líbrame de todas mis iniquidades y de todos los males, y haz que siempre esté yo adherido a tus mandamientos, y no permitas que jamás me separe de Ti; que, con el mismo Dios Padre y con el Espíritu Santo, vives y reinas, Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

La comunión de tu cuerpo, ¡Señor Jesucristo!, que yo, indigno, pretendo recibir, no me sea ocasión de juicio y condenación: antes por tu piedad me sirva para defensa de alma y cuerpo, y para remedio de mis males: Que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo, Dios, por todos los siglos de los siglos. Amén.

Tomaré el pan celestial, e invocaré el nombre del Señor.

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; mas di una sola palabra y mi alma quedará sana.

 

 

 

 

El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén.

 

 

 

¿Con qué pagaré al Señor todos los beneficios que de él he recibido?Tomaré el cáliz de la salvación, e invocaré el nombre del Señor.

 

Con alabanzas invocaré al Señor, y me libraré de mis enemigos

 

 

 

La sangre de Nuestro Señor Jesucristo guarde mi alma para la vida eterna. Amén.

 

 

 

V.  Dios todopoderoso tenga misericordia de vosotros y, perdonados vuestros pecados, os lleve a la vida eterna.

 

R. Amén.

​V.  Indulgencia,   absolución y perdón de nuestros pecados nos conceda el Señor omnipotente y misericordioso

R.  Amen.

 

He aquí el Cordero de Dios: he aquí el que quita los pecados del mundo.

 

 

 

Señor, yo no soy digno de que entres en mi casa; mas di una sola palabra y mi alma quedará sana

 

 

 

 

El Cuerpo de Nuestro Señor Jesucristo guarde tu alma para la vida eterna. Amén. 

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La Quinta parte comienza  con las siguientes palabras:

2.  Fracción de la Hostia

 El celebrante fracciona la Hostia como lo hizo Nuestro Señor en la última Cena en tres pedazos, toma una parte de ella y hace la Señal de la Cruz 3 veces sobre el cáliz diciendo en voz alta:

El la misa de Difuntos la primeras 2  recitación se cambiar a decir:

4. Oraciones en preparación de la Comunión

 El celebrante dice 3 oraciones que nos recuerdan los efectos que la Santa Comunión va a producir en el alma: paz, sanación y gracias. En la primera (que se omite en las Misas de difuntos), el sacerdote pide a Nuestro Señor paz y unión para la Santa Iglesia. Después de esta oración, en las Misas solemnes (solamente), tiene lugar la ceremonia del Beso de la Paz, como signo de unidad de espíritu y de afecto, que nos fue tan insistemente recomendada por Nuestro Señor. El sacerdote empieza besando el altar, como para recibir la paz de Jesucristo mismo: 

Fin de la Quinta Parte

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El celebrante luego continúa en silencio elaborando la oración dicha con la siguente plegaria

El sacerdote ruega a Dios que se digne aceptar este sacrificio como ha aceptado de las manos de los Patriarcas sus sacrificios, figuras del de Nuestro Señor Jesucristo.

El sacerdote da la comunión a cada fiel, diciendo:

El sacerdote pone la porción de la Hostia en el Cáliz, para indicar la reunión del Cuerpo y de la Sangre de Jesús, en el momento de su Resurrección, prenda de la nuestra

3.  Agnus Dei (Cordero de Dios)

La palabras del Precursor continúan dando testimonio  del Cordero de Dios que se sacrificó para expiar los pecados del mundo y quien aplicará los mérito del Calvario a las almas dispuestas. El celebrante, antes de recibir a Nuestro Señor en la Santa Comunión, implora su misericordia, llamándole con el nombre tan dulce que le dió San Juan Bautista: “Cordero de Dios”. Se da tres golpes de pecho diciendo:

El la misa de difuntos la primeras 2  recitación se cambiar a decir:

La comnión del Sacerdote

El celebrante genuflexiona y tomando la Hostia dice:

El sacerdote se golpea el pecho tres veces, y, aplicando a su alma las palabras conmovedoras del centurión del Evangelio, dice:

El celebrante comulga, tomando la Sagrada Hostia luego dice:

Luego, en acción de gracias, el sacerdote recita estos versículos de salmos:

El celebrante toma la Preciosisma Sangre y dice:

En la misa Solemne, el celebrante besa el Altar, que representa a Cristo,  besa el diacono y dice: Pax Tecum

Comunión de los Fieles

Si a comulgantes, en la Misa Solmene, el Diácono recita el Confiteor, en la misa recitada  el servidor dice el Confiteor.    El celebrante entonces da al Absolución 

Todos los presentes juntos con el celebrante hacen la señal de Cruz

Entonces, los fieles, mientras se golpean el pecho, dicen por tres veces junto con el celebrante:

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